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La Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (OPAMSS) es una institución autónoma y descentralizada que se encarga del ordenamiento y desarrollo territorial en la capital salvadoreña y sus alrededores. La Oficina ha sido la institución beneficiaria de una subvención LAIF City Life, utilizando estos fondos para desarrollar el Plan Parcial de San Salvador 500, un proyecto que se enmarca en sus esfuerzos por hacer de San Salvador una ciudad más inclusiva y sostenible

CONSTRUYENDO CIUDAD, CONSTRUYENDO COMUNIDAD

La vida urbana de San Salvador 500 late en la comunidad Las Iberias, una zona con un gran potencial, pero profundamente afectada por la falta de infraestructuras adecuadas y la precariedad de la vivienda. Desde el principio, el objetivo del proyecto fue claro: revitalizar 108 hectáreas cerca del Centro Histórico, mejorando la calidad de vida de las más de 17.000 personas que residen allí. “Lo que queríamos era mejorar e integrar la comunidad Las Iberias con el resto de la ciudad, abrir el sector, darle vida”, explicó Funes.

El equipo de OPAMSS entendió desde el inicio que el proyecto, para ser duradero y transformador, debía ser profundamente humano. Esta idea resonaba en las palabras de su jefe: “No puede ser que hablemos de millones de dólares en inversión si no le estamos dejando algo a la comunidad”.

El enfoque centrado en las personas se implementó a través de un proceso de participación inclusivo. Uno de los primeros desafíos fue ganarse la confianza de sus residentes. Las comunidades, acostumbradas a promesas incumplidas, mostraron inicialmente una gran suspicacia. “Había una resistencia de entrada que no teníamos contemplada”, reconoció Boris. En respuesta, se organizaron talleres donde los residentes pudieron expresar sus preocupaciones y entender el verdadero alcance del proyecto. Estos talleres no solo sirvieron para aclarar dudas, sino también para construir puentes de confianza entre la comunidad y los planificadores.

UNA TRANSFORMACIÓN DURADERA

El proyecto San Salvador 500 no solo busca transformar físicamente un espacio, sino también hacerlo de una manera que sea respetuosa con el entorno y sus habitantes. El banco de proyectos que contiene el Plan Parcial apuesta por estrategias que impulsan la infraestructura verde, como techos verdes y sistemas de drenaje para la pavimentación. Estos no solo mejoran la calidad del aire y reducen las temperaturas, sino que también proporcionan beneficios tangibles a la comunidad, como espacios para huertos urbanos y jardines comunitarios.

La rehabilitación de espacios públicos subutilizados es otro pilar del proyecto. La antigua estación de ferrocarriles, por ejemplo, se transformará en un parque lineal que conectará Las Iberias con el resto de la ciudad, proporcionando un espacio seguro y accesible para toda la ciudadanía. “El espacio público es donde todos somos iguales”, afirmó Funes, subrayando la importancia de estos espacios como puntos de encuentro y cohesión social.

OTRO DESAFÍO: ATRAER LA INVERSIÓN PRIVADA

Si bien la comunidad es el foco principal, el éxito del proyecto también depende de captar el interés del sector privado. Sin embargo, las primeras reuniones con inversionistas se encontraron con un “silencio sepulcral”. Según el funcionario salvadoreño, la clave para romper este silencio fue la solidez aportada por los estudios de factibilidad financiados por LAIF City Life. Estos estudios no solo proporcionaron una base técnica robusta, sino que también ayudaron a comunicar el proyecto de manera más clara y efectiva.

Los objetivos de LAIF City Life de crear ciudades más resilientes, inclusivas y habitables se alinean con los principios que guían San Salvador 500. Este proyecto se convierte así en un modelo a seguir para aquellas ciudades que busquen un modelo urbano que priorice a las personas y el desafío climático.

EXPLICAR NO TIENE LÍMITES

Funes quiso compartir una valiosa lección con los equipos municipales que forman parte de LAIF City Life: Nunca hay que subestimar la importancia de la comunicación constante y clara. “No hay que dar por hecho que todo el mundo sabe de qué va el proyecto; siempre hay que estar dispuestos a explicarlo una y otra vez”. Además, la experiencia demuestra que un enfoque inclusivo y centrado en las personas no solo es éticamente correcto, sino también fundamental para el éxito a largo plazo de cualquier proyecto de desarrollo urbano.

A medida que la Operación Urbana Integral San Salvador 500 avanza hacia su implementación, el impacto potencial del proyecto se vuelve cada vez más evidente. No se trata solo de renovar una parte de la ciudad, sino de crear un espacio que permita prosperar a la comunidad.